De azul se pinta el paisaje de por sí, ya colorido 

De azul se pinta el paisaje de por sí, ya colorido 

Por Yurina Saavedra

 

 En parajes

   donde no quiere parir

 la altiva primavera,

similares a flores de cartón

  de la tierra agrietada,

multicolores brotan las casuchas.

  La aurora nos regala estos enjambres

       que rompen el paisaje.

Queta Navagómez

Son las 9 de la noche, los convoyes naranjas arriban a la última estación de la línea 8. Como marabunta, todos corremos a tomar nuestros lugares en filas que no miden menos de diez metros y esperamos que camiones, micros o combis estén hasta el tope para que, solo así, el chofer arranque.

De la A a la H, se puede elegir andén conforme a los distintos derroteros que parten de este paradero, pero hoy, hay otra opción para los que vamos al cerro. Y es volando, volando en los carritos voladores como los llaman Aarón y Melissa, que estarán exentos de hurtos y pedigüeños de la ya habitual “cooperación voluntaria”, y lo mejor de todo, del tan odiado tráfico; porque recorridos que se hacían en una hora con quince minutos, ahora se hacen en menos de cuarenta, con esta obra magna que beneficiará a muchos- comenta el Ingeniero Gervacio, Residente de Obra.

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Es temporada de lluvias, y mientras los micros quedan atascados ante las inminentes inundaciones, -esas madres siguen avanzando- afirman vecinos atajándose de la fuerte lluvia (sosteniendo con destreza a un colosal pitbull ocre que lo único que quiere es continuar su andar pese a las condiciones del clima) en vísperas del estreno de la Línea 2 del Cablebús, -un modelo de transporte innovador y sustentable que contribuirá a disminuir la desigualdad, mejorando la calidad de vida en la Sierra de Santa Catarina- se escucha decir a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, en una de sus apologías de avance de obra.

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Mientras que Don Julián de 51 años atiende su pequeño negocio de abarrotes (y decidido a desarrollar sus habilidades), pasa las tardes en el juego del tablero con 32 escaques blancos y 32 negros. En esos momentos su contrincante de mayor edad aprovecha la distracción de Don Julian cuando lo solicitan en el mostrador, para que pase desapercibida la posición vulnerable de su dama que estaba en diagonal con el alfil negro, pero Don Julián, ducho en este deporte, arremete contra la albina poseedora de la corona, mientras comenta que el Cablebús traerá mejoras a la colonia, aportando rapidez en los trayectos de sus vecinos, porque en realidad a él no le servirá. A decir de muchos como él, el trayecto aún es insuficiente, pese a que tiene la capacidad de atender a 108 mil personas diarias, la demanda de la zona es mayor. Así quedó asentado el ocho de agosto, domingo en que se inauguró la nueva línea del Cablebús.

Corrían las primeras horas del día y cientos de personas ya apartábamos nuestros lugares para ser los primeros en probar el nuevo transporte urbano. La jornada fue bastante larga, y no faltó el picnic en la fila, ya sea con la pizza de pepperoni o la torta de milanesa hecha en casa, las botanitas, bebidas gaseosas y no gaseosas y los raspados para mitigar el calor. Tampoco faltaron los chiflidos (cuando estábamos siendo presas del hartazgo por el constante aplazamiento de la apertura, anunciada para las 11:00 de la mañana y realizada hasta la 1:30 de la tarde), aplausos, llamadas telefónicas para avisar que ya había dado inicio el funcionamiento, porras y hasta la niña desmayándose a causa de la insolación, y por supuesto, decenas con celular en mano para captar momento a momento la ansiada ocasión. La única ausente en el acto fue “la sana distancia”.

Se respiraba una atmósfera de comunión, ilusión; éramos los iztapalapenses -viviendo la modernidad europea traída a nuestras tierras-, un motivo más para dejar de ser Iztapalacra.

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-Las cazuelitas- como les dice Esmeralda de cinco años, tienen sus orígenes en España, concebidos en la mente de Leonardo T. Quevedo en 1907. Hay para transportar personas y mercancías. En Latinoamérica, de la primera categoría utilizado como transporte urbano los hay en Colombia, Venezuela y Bolivia, en este último está inspirado el Cablebús que desde el anuncio de su construcción ha sido por muchos admirado y por otros tantos rechazado (así lo dejaron ver un par de ocasiones en que se manifestaron prestadores de servicio de transporte público de las rutas 14, 37 y 74, que corren por la Av. Ermita Iztapalapa y aseguran: se quedarán sin fuentes de trabajo. Autoridades resaltan que se buscarán esquemas para incluirlos en el ordenamiento y sustitución de unidades). 

Tiene un trayecto de 10.6 km (que lo posiciona como el más largo de América latina en su modalidad) en los que se distribuyeron 7 estaciones que acercarán familias, ya que por ser una zona de alta densidad poblacional los lazos de sangre se han regado a lo largo de la encumbrada periferia oriental.

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Sin mayor posibilidad por la misma peculiaridad del terreno y aprovechando lo escarpado, la actual administración capitalina lanzó este proyecto, pero no es el único.

Risas, asombro, reflexión, saberes, se propiciarán en dos recintos que traerán educación y cultura a esta demarcación tan huérfana de ello. El primero, ya en funciones es el Instituto de Educación Media Superior Iztapalapa V, que con sus 46 aulas atiende cerca de mil 500 alumnos por turno y su principal objetivo es evitar la deserción escolar por que -un pueblo va a tener una mejor salud cuando tenga también una mejor educación y mejores condiciones de vida- palabras dichas por Rosaura Ruiz, Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación. Y el múltiples veces bautizado, Museo Infantil y Juvenil Yancuic, que a decir de la titular de la Secretaría de Cultura es muy importante dentro de las ofertas museísticas, porque estamos hablando de la construcción verdadera de conocimiento

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Por otro lado, azoteas de estilo barroco, símbolo de zonas populares    -extravagantes, recargadas de escombros, llenas de contrastes entre luces y sombras, con contradicciones entre la vida y la muerte (porque en ellas, perros hacen su vida entre montañas de desechos inertes)- y vidas, quedan al desnudo. Ventanas que al cortarse el listón inaugural se han mantenido con las cortinas corridas o con cualquier remedo cubiertas, para evitar que el ojo del usuario escudriñe la intimidad hasta ahora, amparada por las alturas. Mismas alturas que paradójicamente, llenan con arte los sentidos, con 100 murales plasmados a lo largo del trayecto que enaltecen la feminidad, representando rostros de destacadas y valientes. Propiciando un cambio de percepción de nuestro entorno como dice Lolis, vecina de la estación Quetzalcóatl -siempre estuvo muy feo y ahora, por lo menos hay esperanza-. 

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En el oriente capitalino -donde históricamente no se invierte-, ahí, está tomando forma la Utopía…

 

Descarga el libro digital completo aquí: «Crónicas comunitarias, todas las historias cuentan»

 

*Esta crónica forma parte del libro: «Crónicas comunitarias, todas las historias cuentan» un compendio de más de 20 crónicas realizadas durante el Taller de crónica escrita y audiovisual en el marco del programa social Colectivos Culturales Comunitarios de la CDMX 2021 de la Secretaría de Cultura de la CDMX*

Redacción

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