¿Por qué se usa la flor de cempasúchil en Día de Muertos?
A unos días de una de las tradiciones mexicanas más representativas a nivel mundial, las calles ya empiezan a dejar ese característico olor a cempasúchil. ¿Qué sería del Día de Muertos sin esta flor? y es que ha sido utilizada desde la época prehispánica en los altares.
Flor de 20 pétalos
El cempasúchil es una flor originaria de México, su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” cempohualli: veinte y Xochitl: flor, lo cual podría traducirse como flor de 20 pétalos, o varias flores.
Florece en otoño, muy cerca del 1 y 2 de noviembre, fechas en las que recordamos a nuestros fieles difuntos. Podemos encontrar las condiciones ideales para esta flor en lugares como Hidalgo, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, San Luis Potosí e incluso el Estado de México.
El tallo de esta flor puede llegar a medir un metro de alto, mientras que cada botón de flor de cempasúchil alcanza 5 centímetros de diámetro.
Un sendero para los que ya no están
El Día de Muertos es una tradición mexicana en donde se veneran a las personas que se nos han adelantado. Es una celebración llena de dulce y color, esto no podría ser posible si no fuera por el cempasúchil.
Esta flore a estado presente en los altares desde la época prehispánica por parte de los mexicas, los cuales relacionaban el color de la flor con el sol.
El cempasúchil era considerado como un símbolo de vida y muerte por lo que también puede ser conocida como la flor de muerto.
Se dice que los pétalos pueden guardar el calor del sol y el aroma característico llama a los muertos, que guiados por su color, pueden recorrer el camino hacia nuestro mundo.
Originalmente el camino de flores se realizaba con flor de tonalxochitl, pues es parecida al cempasúchil. Los mexicas adornaban las tumbas con pequeños ramos de esta flor, pues creían que éstas podían guardar el calor del sol y con su color amarillo guiar a los muertos en su camino de regreso, posteriormente fue cambiado por el cempasúchil
El cempasúchil y el Día de Muertos
En la actualidad el 1 y 2 de noviembre, el olor de esta flor impregna todo el país, tanto en las casas como en las calles, haciendo que sea imposible olvidar el Día de Muertos, las calles pintadas de naranja, la decoración haciendo alusión a la catrina y el catrín, logran que la muerte sea vista como una celebración y no como una despedida.
Cada hogar honra con orgullo una más de las tradiciones mexicanas, en las casas se colocan grandes y pequeñas ofrendas, con dulces, chocolate y uno que otro antojo que los fieles difuntos disfrutaban en vida, así como las calaveritas de azúcar.
Tampoco pueden faltar, el cempasúchil, pues así como antes ahora, sigue fungiendo de luz en el camino de las almas que vienen a visitarlo el Día de muertos.
¿Ustedes cómo honran a sus fieles difuntos? ¿Conocían el origen de esta mágica tradición? Cuéntanos alguna otra curiosidad sobre el cempasúchil que conozcas, estaremos gustoso de leerte.
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Por: J.Jesús Martínez
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