Art Nouveau en el Centro de la CDMX 

Art Nouveau en el Centro de la CDMX 

El art nouveau surge como una corriente estética que pretendía desarmar la pomposidad que estaba llenando las calles europeas en el siglo XIX. Esta corriente se manifestó principalmente en la arquitectura y pretendía retomar aspectos de la naturaleza y del pasado antes de la industrialización.También se le considera un movimiento de vanguardia que adaptó los materiales de su época para construir las que parecían solo ideas. 

El Art Nouveau o “arquitectura de la sonrisa”

Esta corriente se caracteriza por la asimetría y el uso de distintos tipos de piedras. Con la piedra se creaban figuras con aspectos animales y cuerpos o rostros humanos. De igual forma yuxtaponen materiales con el fin de crear distintas texturas, ya sea combinando metales, vidrios, cerámicas, etcétera. La inspiración, en muchos casos, provenía del exotismo de los países asiáticos que proveyeron características visuales únicas. 

Debido al gran impacto que provocó esta nueva propuesta, diversos países buscaron adaptarlo a sus propios espacios. Gracias a ello, encontramos variantes de este estilo en Estados Unidos o Cuba. También hay presencia en África del Norte, Argentina, Turquía, Japón y en México. 

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Art Nouveau en México  

En las últimas décadas del siglo XIX en México muchos artistas tuvieron la oportunidad de descubrir las novedades que se estaban gestando en Europa central. Debido a eso, estos personajes comenzaron a introducir las vanguardias al país. Estamos hablamos del modernismo, que tuvo presencia en la arquitectura, en la literatura y en las artes decorativas de la época. 

Durante el porfiriato, se construyeron diversos edificios que retomaron este estilo, debido a la idea de que el país funcionara como un punto de comercio extranjero. En consecuencia, la capital debía adaptarse a la imagen moderna que el primer mundo estaba proponiendo, para no desentonar.

De esta forma es que en la CDMX se rindió homenaje al art nouveau mediante la edificación de construcciones tales como:  El palacio de Bellas Artes, El gran hotel de la Ciudad de México(Ex -centro Mercantil) y El edificio del Palacio de Hierro en el centro histórico de la ciudad.

Como toda corriente estética, el art nouveau cimento las bases y al ser retomada por distintos países, cada uno lo interpreto de tal manera que se convertía en un proyecto nacionalista, dotandolo de características particulares que permitían contribuir con la consolidación de una identidad nacional. En México no fue la excepción, pues no encontraremos ejemplos perfectos de esta corriente, sin embargo, las construcciones antes mencionadas contienen cualidades muy semejantes a las del arte europeo.

Palacio de Bellas Artes  

En un principio se pensó este espacio como un recinto para el teatro de la CDMX, sin embargo, en el año de 1934 se inauguró con el nombre que tiene actualmente. Se dispuso, no solo para albergar espectáculos de danza y ópera, sino que también se contempló como museo. 

Bellas Artes tuvo dos etapas de edificación debido a que al inicio se vio interrumpida por la Revolución Mexicana. La primera etapa estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, a quien se le atribuyen los guiños al art nouveau. La estructura está elaborada de concreto al interior y de mármol al exterior.

 Boari intentó crear un estilo de arte nouveau “mexicanizado”, pues las esculturas de animales características del estilo se modificaron para representar especies de la cultura prehispánica y mexicana. Lamentablemente al momento de llevar a cabo esta idea las figuras mantienen rasgos del arte clásico, por lo que perdieron un poco del carácter inicial.   

En este sentido, se montaron esculturas florales que envuelven rostros humanos en la parte superior del edificio. Las columnas de la entrada principal y de las escaleras laterales también tienen rasgos del estilo antes mencionado y el uso de la herrería en las ventanas de la planta baja le dan un carácter que representa sin lugar a dudas al art nouveau

Finalmente, los vitrales dentro de la sala de espectáculos son quienes funcionan como punto focal. Uno de los artistas a cargo de una de estas obras fue Géza Mároti y este plasmó seres de la mitología griega.

El gran Hotel de la Ciudad de México 

Este edificio fue construido por los ingenieros Daniel Garza y Gonzalo Garita para el señor Nicolas de Teresa. En este caso la fachada y el exterior corresponden a un estilo más conservador, pues tienen características de la arquitectura neoclásica. Mientras que el interior es donde se encuentran el icónico armazón del elevador principal, que fue el primero en su clase en México. Igualmente esta el gran vitral del techo que permite la entrada de una hermosa luz natural, obra del artista Jacks Gruber.  

Este recinto fue inaugurado por Porfirio Díaz en 1899 y en un principio fue conocido como Centro Mercantil. Rápidamente este se convirtió en la tienda departamental más importante de Latinoamérica. Fue hasta 1968 cuando se convirtió en lo que ahora conocemos como el Gran Hotel de la Ciudad de México. 

Palacio de Hierro 

El edificio que se encuentra en la calle 20 de noviembre no es el original, pues en un inicio existió otro, diseñado por los hermanos Ignacio y Eusebio de la Hidalga. Aquello que resalto en esta estructura fueron las cantidades de hierro que se utilizaron para montar los cinco pisos que conforman este gran complejo. Algunos años después de su construcción sufrió de un incendio que obligó a su reconstrucción. En esta ocasión el material utilizado por el arquitecto Paul Dubois fue el concreto armado. 

Aún en la reconstrucción se mantuvo la esencia del art nouveau de la idea inicial en los barandales de hierro de las escaleras y en los vitrales del techo estilo Tiffany. En el exterior también se encuentran ornamentos que remiten a figuras de la naturaleza, con mosaicos en colores amarillos, azules y verdes. Estos adornos son similares a los que se encontraban en casas de Bruselas, que son donde se acuñó el estilo de art nouveau.    

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Por Elena Rendón 

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Elena Rendón

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